Artículo que aparece en el libro NÚCLEO que acompaña la Exhibición Colectiva – Proyecto Núcleo Arte Visual Contemporáneo (Mayo 2020)
Texto escrito por Gabriela Díaz: Gabriela Hennig Desprendimiento, publicado en el Catálogo Núcleo.
Gabriela Hennig
Desprendimiento
Gabriela Hennig, a través de la fotografía y la manipulación de distintos materiales orgánicos, ha logrado consolidarse como una artista de lo sensible, creando una analogía visual que busca reconciliarnos con la naturaleza. Por eso, en su obra se interesa por enaltecer el valor de nuestro entorno natural, porque nos alberga y afecta a todos y porque es ahí donde resuenan nuestras preocupaciones e inquietudes. Así, en el 2006, con su muestra Semillas nos cuenta del ciclo de la vida, porque, cuando una semilla muere, nace una nueva vida. En el 2009, se inspira en la libélula como metáfora de su propia transformación hacia la libertad y desde el 2010 utiliza la imagen digital para presentar la complejidad humana a través de las texturas que va retratando.
Hoy, nuestro mundo lleno de retos sin precedentes nos aturde y nos provoca un rechazo emocional fuerte. Frente a cambios vertiginosos, deseamos atenuar el paso; cuando hay demasiada rareza, anhelamos lo familiar, y cuando las cosas se vuelven demasiado confusas, ansiamos lo sencillo. Y ahí, incómodos en nuestra propia piel, necesitamos apelar al arte del desprendimiento y la simplicidad.
En ese desprendimiento, es posible encontrarnos en un amoroso caminar no posesivo ya que, a veces, «es necesario desprendernos, para que algo nuevo pueda aparecer». Es aquí donde se sitúa Gabriela.
Ahora, en mayor conexión consigo misma, utiliza nuevos elementos que le permiten expresar el proceso de su mutación hacia una vida más simple, más ligera. Parecidos a la tortuga, muchas veces nos escondemos debajo de un escudo impenetrable que nos protege de nuestros miedos. Pero, al permanecer bajo esa sombra, corremos el riesgo de secarnos por dentro y de marchitar nuestro corazón. Por eso, como la serpiente, debemos desprendernos de nuestra antigua piel, soltar lo incontrolable y aquello que no necesitamos para crecer en la vida.
El arte de Gabriela hace un espejo para que podamos vernos a nosotros mismos y reconciliarnos con la naturaleza. Su trabajo rescata los desechos que el mismo entorno deja ir en armonía y los transforma en algo nuevo con lo que podemos identificarnos.
Solo la naturaleza tiene el poder de generar en nuestra alma emociones que un mundo cada vez más desafiante nos hace incapaces de sentir.
Gabriela Díaz