Gabriela Hennig
La contemplación y transformación de un mundo sensible
El mundo sensible es el ámbito más empático y humano; el arte, una materia que domina las subjetividades y está sujeta a interpretaciones diversas y múltiples, como diverso y múltiple es el mundo en que vivimos. Gabriela Hennig, artista y protagonista de su tiempo, nos sitúa en esta heterogénea y perfecta combinación de elementos cristalizados. Nos ubica verticalmente sobre dos pasados al fusionar naturaleza y objetos desechados por el hombre. Los interviene, reubica y los llena de vida; así, no registra simplemente un hecho, teje un mundo dotado de intencionalidades.
…Su primera individual Semillas, realizada en Artco en el 2006, personifica la unidad del sujeto, su esencia, ya que “cuando una semilla muere, nace una nueva vida”.
…En su segunda individual, Gotas, una exposición fotográfica, se nos ofrece otra forma de ilustrar su capacidad para utilizar su arte como vía de acceso al mundo. En ella se muestra la incapacidad inmutable del ser, la imposibilidad de definirnos igual a lo largo de nuestra historia, del tiempo.
… Se trata de poner en juego todas nuestras facultades y sentidos, un ejercicio que nos revela lo que los demás lenguajes no pueden lograr: la magia de convertir lo espiritual en sensible, al mismo tiempo que lo sensible se espiritualiza. Podría decirse que el alma del mundo y el alma humana encuentran en su arte la reconciliación y el equilibrio humano-ecológico del cual depende nuestra comprensión del mundo y del hombre. Hennig materializa este desarrollo temporal de las pasiones: ”trato de mostrar la belleza que nos rodea y la fragilidad que nos hace”.
Gabriela Díaz